La estación de esquí de Candanchú (Huesca), en el Pirineo Aragonés, es la más antigua de España. Data de 1928. Pero si no se le busca una solución económica urgente, está condenada al cierre.
El Gobierno aragonés trata de evitarlo. Candanchú pertenece a una empresa privada, Explotaciones Turísticas de Candanchú S.A. (Etuksa), que acumula más de seis millones de euros de deudas. Sus trabajadores no cobran desde julio, la empresa debe dos millones a la Sguridad Social por cotizaciones impagadas, y la estación tiene cortada la luz por impago desde el pasado verano.
La sociedad pública Aramon, perteneciente al Gobierno aragonés y a la entidad financiera Ibercaja, podría ser su tabla de salvación. A Aramón pertenecen la mayor parte de las estaciones de esquí aragonesas, y se ha negociado que alquile Candanchú para que este año pueda abrir sus puertas. Aramón pagaría 690.000 euros por el alquiler a Etuksa, pero al haber entrado esta empresa privada en concurso de acreedores el panorama se complica.
El Ejecutivo autónomo confía, sin embargo, en encontrar una solución y que esta veterana estación de esquí abra sus puertas coincidiendo con la apertura de la nueva temporada, en los próximos días.
De Candanchú no sólo dependen los puestos de trabajo de la propia estación de esquí, sino también la actividad económica de la localidad de Aísa y sus alrededores, donde la nieve constituye su gran recurso económico por la afluencia de turistas y esquiadores.
Fuente: ABC